Muchos padres y madres observan cómo se desarrolla la cara y los dientes de los más pequeños de la casa y en ocasiones se preguntan si su hijo/a necesitará un tratamiento de ortodoncia.

Así pues, la ortodoncia interceptiva es lo que conocemos como ortodoncia infantil. Este tipo de ortodoncia recibe este nombre porque pretende «interceptar» el proceso de crecimiento de su estructura maxilofacial y prevenir los problemas de oclusión y de mordeduras que el niño/a desarrollará cuando haya finalizado la fase de crecimiento.

Se aconseja comenzar los tratamientos de ortodoncia interceptiva cuando en la boca del niño/a ya han erupcionado los incisivos superiores e inferiores definitivos. Suele pasar en los alrededores de los 7 años en la mayoría de los casos.

De manera habitual, la ortodoncia con brackets tradicionales no se recomienda hasta que el paciente tiene 12 o 13 años y ha perdido todos sus dientes de leche. Si ha seguido correctamente el tratamiento de ortodoncia interceptiva previa, la ortodoncia con brackets necesaria cuando tenga la dentadura definitiva será mucho menos compleja.