Hablamos de fisuras dentales cuando solo se han producido en el esmalte del diente y tienen aspecto de grieta. Es común entre las personas mayores de 50 años.
Suele producirse por el efecto de la masticación, cambio bruscos de temperatura, bruxismo o traumatismo.También cuando una pieza ha sido endodonciada la dentina se puede deshidratar con los años con lo que el diente se puede debilitar por esta causa algunas veces.
Como solo afectan al esmalte no provocan dolor y no suponen ningún problema importante por lo que no precisan de tratamiento aunque ante la posible penetración de bacterias de la cavidad oral es recomendable proceder a su sellado.
Como síntomas podemos tener una molestia intermitente, sensibilidad al dulce, al calor o al frío o una inflamación de las encías.
Uno de los problemas que tiene esta patología es que en muchas ocasiones son difíciles de detectar porque a veces la grieta es tan pequeña que es invisible a simple vista.
En la Clínica Dental se puede recomendar el sellado mediante una resina plástica para rellenar la grieta o el tratamiento endodóntico si la grieta se extiende hacia la pulpa. Si el diente, su raíz y su nervio están gravemente dañados, a veces la única opción es realizar una extracción.
En cualquier caso siempre es importante acudir a la Clínica si se deteca una fisura o antes las primeras molestias.
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